1. Oración inicial
2. Lee La palabra de Dios
“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. Mateo 24:14
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”. Mateo 28:19-20
3. Reflexiona
La profecía no debe generar ansiedad sino una urgencia por expandir el evangelio, no debe producir temor sino preparación para ser esos instrumentos de bendición, que traen esperanza a este mundo. Recordemos las palabras de Jesús y dejemos que retumben en nuestra mente, pero que hagan un eco en nuestro corazón: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”.
Eso es parte esencial del cumplimiento, lo que significa que la iglesia no debe esconderse sino asumir su lugar, no debe callar sino hablar con más claridad, no debe diluir el mensaje sino intensificarlo en la medida que las tinieblas avanzan. La luz de Cristo debe manifestarse con mayor fuerza a través de nosotros.
Es el tiempo de empezar a hablar con convicción, no desde el conocimiento teórico sino desde la revelación. En Daniel 11:32b dice “más el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará”. Es un llamado a no paralizarnos ni rendirnos, porque el cumplimiento profético no es el fin de la iglesia, sino su activación más poderosa, es el momento para el cual fue preparada, una iglesia gloriosa sin mancha y sin arruga que impacte en este mundo que ya está mostrando señales claras de su deterioro.
Vemos el control económico de unos pocos, la manipulación de la verdad, la exaltación del hombre sobre Dios, la creación de estructuras que parecen espirituales pero niegan el poder de la fe verdadera, lo amargo es llamado dulce y viceversa, ese cambio de valores ya está instalado en muchas naciones, y lo que antes era escandaloso ahora es celebrado, lo que antes se corregía ahora se promueve, Isaías 5:20 dice: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!”, es una advertencia vigente, porque cada paso que da el mundo en esa dirección es una prueba de que lo que fue profetizado, está cumpliéndose en esta generación.
Lo que parecía lejano ahora está cerca, lo que se predicó por años ahora es vida o muerte, lo que se ignoraba por comodidad, ahora proclama por atención, las profecías no están dormidas, están en marcha. Preguntémonos ¿si nuestro corazón está preparado para caminar con Cristo en medio del cumplimiento? El Señor Jesús dice: “Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre”, (Lucas 21.34-36).
Velar y orar son condiciones para permanecer firmes, nos sostendremos espiritualmente con una vida rendida, una comunión profunda y una obediencia radical. Recordemos que la preparación comienza en lo secreto, porque antes de influir hay que ser formados, antes de hablar hay que oír, antes de evangelizar hay que estar llenos del Espíritu Santo, llenos de aceite suficiente para que alumbremos en medio de la oscuridad. No podemos improvisar una relación con Dios, recordemos que la insensatez espiritual, la ignorancia es negligencia y quien descuide la intimidad con Dios, difícilmente podrá sostenerse cuando venga la prueba.
5. Comparte
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