1. Oración inicial
2. Lee La palabra de Dios
“Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” Juan 15:4-5
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” Gálatas 5:22-23
3. Reflexiona
Nos preocupamos, intentamos y esforzamos mucho los cristianos por cambiar nuestra manera de pensar, sentir y hacer, pues conocemos que muchos de nuestros pensamientos, sentimientos y obras no son conforme a la voluntad de Dios. Sin embargo, pasan las semanas, los meses e incluso los años y vemos que en algunos aspectos seguimos siendo los mismos que éramos antes de conocer de Cristo o quizás observamos que nuestro caminar está lleno de altibajos, por algún tiempo parecemos cambiar, pero luego volvemos a nuestras antiguas andanzas.
Es sin duda éste, un panorama frustrante, desalentador y agotador, pero ¿por qué pasa esto? Tal vez es porque hasta ahora no hemos tenido un verdadero conocimiento y entendimiento de las buenas noticias del Señor y nos hemos pasado la vida intentando hacerlo a nuestra manera. Este mal entendimiento de la Palabra de Dios básicamente está en que creemos que debemos en nuestros propios esfuerzos parecernos a Cristo y llegar a ser como Él.
Hermanos, la reveladora verdad es que Cristo está en nosotros y nosotros en Él, así como en una planta de uvas, que vemos que ella tiene pámpanos y los pámpanos están en ella; ahora bien, los pámpanos que llevan fruto no son aquellos que son cortados o que por alguna razón ya no están en la vid, sino que, son aquellos que permanecen en la vid, preguntémonos ¿el fruto, la uva, la produjo el pámpano?, o ¿es el pámpano simplemente el medio a través del cual la vid produce su fruto?
¡Así es, queridos hermanos!, somos también nosotros simplemente medios a través de los cuales el Señor se manifiesta evidenciando Su fruto, por cuanto dice Gálatas 5:22 “El fruto del Espíritu es…”, de modo que, no es nuestro fruto, es el fruto del Espíritu de Cristo y, es solo en aquellos que permanecen con su confianza puesta en la Palabra de Cristo y por ende en la obra que Él puede hacer a través de ellos, renunciando a cualquier tipo de confianza en sí mismos y sus esfuerzos, en los que el fruto de Cristo es producido.
5. Comparte
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