1 Juan 1.1-4

El Señor Jesús nos llama a ser sus testigos (Hch 1.8). Al escuchar esto, algunos creen que se necesitan habilidades especiales o carisma para compartir el evangelio, pero dar testimonio va más allá de explicar el plan de salvación. Literalmente significa “conocer por experiencia personal” o “testificar”. En el pasaje de hoy, Juan comparte su experiencia personal: “Estoy lleno de gozo por haber conocido al Señor Jesucristo, y quiero que ustedes también lo experimenten”.

Cuando usted está enamorado de alguien, le entusiasma la relación y disfruta pasar tiempo con esa persona. De la misma manera, cuando usted está enamorado de Cristo, no puede guardar para sí el gozo que proviene de conocerlo; ese gozo se desborda, dando testimonio y fortaleciendo a otros creyentes. Las personas percibirán la profunda y genuina alegría que hay en su corazón, que va más allá de la felicidad natural. Y algunos que aún no conocen al Señor anhelarán el gozo que usted tiene.

Dar testimonio no depende de la elocuencia ni del talento, sino que surge del desbordamiento de una relación viva con el Señor. A medida que permita que el Espíritu Santo exprese su vida y poder en usted, su gozo interior se volverá un fruto visible y contagioso para los demás.

Biblia en un Año: Hebreos 4-6